jueves, 1 de julio de 2010

Nuestras Vidas en Mano de los Conductores.


Estoy en la cama, cansada, envuelta como un tamal, aun así tengo mucho frio; pensaba ir a la cocina para tomar algo caliente; pero hace mucho frio y me daba pesar levantarme -mientras iba pensando si me levantaba o no- suena mi celular, aaaaich! Dije!. Sin ganas levanto mi celular para contestar, y en la pantalla veo la foto de amigaza diciendo: “llamando katita”.-katita tiene 26años, muy madura y siempre me aconseja, ella es mi mejor amiga, solo me lleva 4 años. - Enseguida conteste y como siempre ella empilada dice:
Katita: ¡flaaaakis!, Amiiiiiga ¿Por donde estas?.
rakel: En mi casa hecha un tamal-digo yo-.
Katita: ¿Cooomo?, ¿Acaso no piensas venir?.
rakel:¿Donde?, respondí .
katita: A casa de Emilio, su cumple amix!!!, aiich! Rakel; eres la invitada de honor y no vas a saber?. –Emilio es un chico sencillo que me encantaba por ser todo un hombre y muy caballeroso-
Rakel: jajajaja… A verdad no!, me había olvidado. Ya amiga me alisto y voy. Katita: Ok. Te pones reeeegia; por que esta noche te espera grandes sorpresas. ¡uuuuuUUU! jajaja. Ok amiga te esperamos.
La flojera, el cansancio y hasta el frio habían desaparecido. Ni bien termine de colgar, en un dos por tres me levante. -dije- A la ducha rakel!.Mientras caía el agua sobre mi cabeza, pensaba y pensaba ¿que me voy a poner? ¿Cómo lo voy a saludarlo?, ¿Qué le voy a llevar de regalo?, pero ya es tarde!, ni modo sacrificaré el vino que guardaba para el cumple de katita. Ya saliendo de la ducha, tiritando de frio envuelta solo con la toalla empezaba mi dilema. ¡Ahora! ¿Que me pongo?. Saque toda mi ropa y a buscar algo para verme regia, como dijo katita. Después de probar varias combinaciones de bluza, polo, pantalón. Por fin encontré la combinación perfecta!. Me recogí el cabello, un poco de loción, el toque de la colonia; me pongo un poco de maquillaje, siempre cuidando la combinación con lo que tenía puesto, unos pendientes largos estamos. Ya estaba lista!. Veo el celular ya son las diez y media de la noche, salgo muy apurada de mi cuarto, paso por la sala, ahí casi me quedo; mi papá ¿donde vas?, a la casa de un amigo con katita, mi mama dice: hijita no vengas muy tarde. Nooo mami digo yo. Ya con la conciencia más tranquila salgo de casa y camino hacia la avenida hasta llegar a la esquina del cruce de la av. Central con la Sta. Elvira. Ni bien llegaba al paradero apareció la Custer de la línea “C”. Tomé la custer hacia la av. Alisos con Palmeras, me senté al lado de una pasajera media adormilada que iba en el asiento de adelante. Disculpe, le dije. Por que el carro avanzó bruscamente y me hizo sentar empujándola.
Ya acomodada me puse a pensar en lo iba hacer. Rápidamente salí de mis meditaciones personales, porque el chofer, (apenas pasados unos segundos de voltear para seguir por la universitaria), empezó una carrera contra otro vehículo de la misma línea. “¡Es el negro Machucao!” dijo el cobrador, de manera muy vulgar. Fue suficiente información para que el gordo, barbón y despeinado conductor pasara de tercera a cuarta a dispararse a hacer el gana gana. Nosotros llevados como carga; nadie decía nada. Me puse un poco nerviosa tome con fuerza mi bolso. La pista, entonces, se me volvió irreal. El olor a velocidad se sentía, conjuntamente con el despertar frenético de la señora de mi lado que abrió los ojos como plato, cuando pasamos rosando a un Tico. La gente gritó muy asustada y ofuscada, comenzaron a reclamar; una señora que se encontraba en el ultimo asiento grito fuerte diciendo: ¡Oiga, animal! acaso no sabe manejar!, no sabe que esta llevando muchas vidas; otro por ahí dijo: ya pues hermano!, Todos los demás la comenzaron hablar entre ellos, fastidiados por lo sucedido, el cobrador no decía nada y el chofer ni siquiera se atrevía a ver por el espejo quien le gritaba apenas levantaba la mirada . Pasando unos cinco minutos el competidor nos dio alcance y nuestro chofer lo sobrepasó con un quiebre de volante que obligó al otro chofer frenar para evitar el rose. Por la ventanilla nuestro chofer sacando media cabeza afuera voltea sonriendo satisfactoriamente, no contento con su hazaña, puso más distancia entre nosotros y el otro vehículo, maniobrando entre un Nissan blanco, Toyota Corolla blanco, dos taxis amarillos y una camioneta Pathfinder. El era el rey de la pista. Mientras que la radio cumbiera sonaba “soy un triste payaso” del Grupo papillón. Yo comencé entrar en preocupación; ya quería llegar. Al paradero El cobrador gritaba con su voz chillona en tonos furiosos diciendo mega plaza, metro, fiori. Estábamos en la avenida universitaria con marañón, subieron un par de muchachos parecían estar tomados, se pusieron a bromear cantando “yooo me he vuelto a enamorar..” Uno de ellos se me pegaba mucho, muy incómoda le dije ¿gustas sentarte?, a lo que el respondió con una sonrisa coqueta, no preciosa. Se alejo lentamente. Así llegamos al parque zonal en el cruce de la av. Cantolao con palmeras. Allí frenamos en seco, todos nos fuimos impulsados hacia delante, la luz del semáforo estaba en rojo, en la pista aparece un muchacho quien se puso hacer malabares con unas varas con fuego en las esquinas, no duro mucho la escena puesto que después de unos movimientos malabáricos, corrió inmediatamente a los autos a pedir la recompensa por su actuación. La luz se puso en verde el conductor avanzó; yo estaba mas tranquila, solté un suspiro, como si hubiera salido de un peligro mortal, ya me estaba alistando para bajar, de pronto grita el chofer, con una voz increpadora, hacia al cobrador diciendo ¡oye cóbrale pues! ¿Acaso pagó?. Qué no hubiera dado por sonreír y dejarlo con la palabra en la boca, pero, lastimosamente ya había pagado y solo faltaba cinco cuadras por caminar, pero la verdad, cuando uno pisa tierra después de una experiencia así, pueden ser seis o veinte cuadras, no te llega a importar.
La irresponsabilidad esta a como a la orden. Un fin de semana o cualquier día, nadie esta salvo en la ciudad, uno puede llegar a convertirse en el protagonista de rápidos y furiosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario